Cargadores inalámbricos. ¿Idea magnífica o pérdida de tiempo?
Tras el nacimiento de la carga inalámbrica, el sector tecnológico vaticinaba que este iba a ser el futuro de la tecnología. Quizás el futuro aún no llegó, pero de momento, ni siquiera atisbamos el futuro utópico predicho.
A todo el mundo le gustaría poder tirar los cables de su casa y poder usarlo todo de forma inalámbrica, pero desgraciadamente, parece que este futuro aún se encuentra muy lejano. Sobre el papel, los cargadores inalámbricos, prometían que serían el primer paso para eliminar los cables, pero en el día a día, provocan más limitaciones que beneficios.
Funcionamiento de la tecnología
Para quien no conozca el funcionamiento de la carga inalámbrica, aquí va un pequeño resumen muy básico.
A grandes rasgos, se trata de un proceso bastante sencillo, la base de carga, cuenta con una bobina, que crea un campo electromagnético, capaz de inducir electricidad en otra bobina, en este caso incluida en nuestro teléfono.
Por supuesto, el sistema aporta grandes ventajas como la comodidad de poder olvidarnos de conectar los cables. Pero también tiene otras muchas desventajas entre las que destaca la eficiencia energética.
Pruebas reales
Para comprobar la eficiencia de la tecnología, hemos usado un Nexus 5 y un cargador inalámbrico de la marca Aukey bastante económico, que se puede encontrar en Amazon:
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Nada más empezar, hemos descargado la aplicación ampere para calcular la intensidad otorgada por un cargador normal y el inalámbrico y así poder hacer un cálculo de la eficencia.
En las capturas sobre estas líneas, se pueden observar tres casos diferentes, completamente desenchufado, enchufado a la corriente con un adaptador clásico y el cargador inalámbrico respectivamente.
Todos los datos han sido tomados con el teléfono en reposo, por lo que podemos aproximar que el teléfono esté o no esté conectado consume 340 mA.
Si la suposición es cierta, el cargador normal, está otorgando a nuestro Nexus 5 1290 mA (950 + 340) y el inalámbrico 780 mA (440 + 340). Por lo que el inalámbrico está otorgando un 40% menos de electricidad y por tanto tardando casi el doble en cargar el dispositivo.
Para comprobar si estos datos eran correctos, hemos descargado nuestro teléfono dos veces al 0% y lo hemos cargado una vez con el cargador clásico y otra con el inalámbrico. Los resultados, han sido similares a los obtenidos con ampere, pero quizás un poco más agresivos, ya que el inalámbrico tardó un poco más del doble en cargarse.
Después de todos estos datos, esperamos que os hayan quedado claros los beneficios y los contras de esta tecnología. Si aun así, no os importa tardar un poco más en cargar el teléfono, os recomendamos mucho el cargador de Aukey utilizado para estas pruebas, sin duda uno de los mejores calidad precio que hemos encontrado.