Pixel

La guerra de los números en los smartphones nos está matando

Martín Cea Lago
21 de oct. de 2018
3 min de lectura

Si ha habido una constante estos últimos años es que los smartphones están avanzando a una velocidad pasmosa, por lo que las tecnologías que incorporan cada vez tardan menos en expandirse a sus rivales y por lo tanto tener la ventaja en el sector dura muy poco.

 

“Más es mejor”

 

Las últimas modas en los smartphones se pueden resumir en esta frase. Cuando el sector se empezaba a estancar comenzó la tendencia de la doble cámara en los smartphones donde si no te sumabas al carro no eras un verdadero gama alta, después vino la moda de las altas cifras de RAM que seguimos teniendo hoy en día. Como el sector comenzó a estancarse de nuevo recurrimos a incorporar pantallas panorámicas junto con frontales totalmente ocupados por el panel (que no digo que no agradezca el avance) aunque desgraciadamente los notch van de la mano, y ahora estamos recurriendo a las cifras escandalosas de sensores de cámara para que los consumidores puedan presumir de tener “4 cámaras” o más es un smartphone. Mencionar un poco más de pasada la moda de que ahora si no tienes un panel OLED en el móvil ya no lo vemos con los mismos ojos que un LCD. La moda de las tecnologías de pantalla juega un poco en función de los gustos y tampoco la veo especialmente molesta ya que aportan experiencias diferentes aunque no todo el mundo las diferencie especialmente.

 

El aspecto fotográfico está siendo a día de hoy el filón por el que las marcas nos dejan claro en donde está la diferencia entre un móvil de 400 euros y uno de 1000. Esta afirmación es a grandes rasgos, ya que no estoy teniendo en cuenta pequeños aspectos pero lo que quiero decir es que estamos empezando a perder la referencia de lo que resulta necesario en un móvil. Para ello pongo de ejemplo el Pixel 3 y 3 XL, al margen del notch incorporado por el de mayor tamaño, me parecen smartphones que no están jugando con la publicidad de más es mejor, ciertamente están en el carro de potenciar la fotografía móvil pero no les culpo porque todo el mundo tiene derecho a lucrarse. Sin embargo tras la presentación y viendo diferentes análisis me ha quedado claro unas cuantas cosas, la primera y más evidente es que el número de cámaras en el smartphone no tiene porqué influir en el resultado final sino que un buen software puede marcar la diferencia. Esto es algo que se lleva tiempo diciendo pero si una gran marca no lo plasma de poco sirve. Los resultados de cámara hablan por sí solos por lo que merece un buen tirón de orejas el que dice que tener tres cámaras en la trasera de un móvil marca la diferencia. El otro aspecto que me sorprendió es que mucha gente ha criticado el hecho de que los nuevos Pixel vengan con “sólo 4GB de RAM”. Esto último me ha dejado muy loco la verdad porque sinceramente no veo en qué puede alguien necesitar 6 u 8GB de RAM en un smartphone y tampoco veo que en un futuro próximo los vayamos a necesitar porque lo que es la eficiencia del software de Android es cada vez mejor. Mi móvil personal es un Nexus 5X, tiene 2GB de RAM LPDDR3 y no noto que me esté quedando atrás en prestaciones, ciertamente la multitarea no va tan fluida como en un smartphone de nueva generación pero no es ningún escándalo.

 

Estos dos puntos me parece que son los que a día de hoy estamos perdiendo de vista y está sirviendo para que la marcas justifiquen unos precios que estamos empezando asimilar como normales y considero preocupante que 1000 euros por un smartphone pueda llegar a verse como normal. Puedo entender que marcar la diferencia sea la mejor publicidad pero se nos está intentando inculcar la idea, que es la base de la publicidad en sí misma, de que necesitemos tener un un smartphone más de lo que verdaderamente necesitemos. Podría meterme también con los malditos benchmarks y la necesidad de tener el procesador más potente de la historia pero creo que ya es un tema del que se ha hablado mucho y que es la misma línea que la de las cifras de cámara o de RAM, están ahí pero en el uso real no hay cambios.