Hablar de cómo una empresa se interesa por el sector profesional no es nada nuevo. Existen multitud de herramientas, sistemas de trabajo y sistemas operativos que están directamente enfocados a formar parte de nuestra vida profesional. Son multitud de empresas las que hacen uso de estos servicios puesto que crear un software desde cero supone un gran coste, lo lógico es usar algo que ya está creado. Ahora Android quiere hacerse hueco aquí también.
Seguro que si hablamos de Microsoft en el sector empresarial a nadie le resulte extraño. Precisamente la plataforma ofimática de Windows constituye un referente de calidad a la hora de redactar un documento. Si bien existen plataformas libres que realicen las mismas o similares funciones, las empresas con un cierto poder adquisitivo adoptan la opción de comprar licencias para las versiones de ofimáticas de pago.
En algunos casos, es incluso necesario optar por estos sistemas Windows a la hora de comenzar un determinado negocio por estar pensado el software de manera específica para estos sistemas. Como decimos es un coste difícilmente asumible para una empresa el de contratar a otra empresa capaz de diseñar, desarrollar y depurar un software específico. Hoy en día existe siempre alguna opción, más o menos costosa, para cualquier cosa que previsiblemente necesitemos.
Aunque Microsoft tiene una gran parte del “pastel” que suponen los servicios empresariales, hay sectores en los que no está tan extendido como le gustaría al gran gigante. Un ejemplo pueden ser los sistemas TPV de los locales que, en muchos casos, son versiones de software libre adaptados por empresas que ofrecen exclusivamente estos servicios. No obstante, en muchos otros sectores está extendido el uso de los sistemas operativos Windows. Sin ir más lejos, hasta hace poco, gran parte de los cajeros automáticos donde sacamos dinero funcionaban gracias al sistema operativo Windows XP.
¿Por qué Android?
A la hora de competir en este mercado, Android cuenta con una serie de claves que pueden favorecer esta inclusión en el mundo empresarial. Lo primero es la versatilidad y lo fácil que es trabajar con dicho sistema operativo. Las aplicaciones de Android trabajan sobre Java, uno de los lenguajes más conocidos de programación.
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Si unimos esto a la alta audiencia que tiene ya el sistema operativo entre particulares, resulta la idea de que, en caso de ser necesario crear una nueva aplicación empresarial de cero, no será muy difícil encontrar otra empresa capaz de hacerlo. Al fin y al cabo, el éxito o fracaso de un sistema va ligado íntimamente con su facilidad de uso y desarrollo.
No es para todos.
Aunque Android ofrezca un buen sistema de base para cualquier empresa y, en previsión de que consiga arrancar el Internet de las cosas satisfactoriamente, sigue sin ser algo que revolucione al completo el mundo empresarial. Se trata de un sistema pensado para dispositivos móviles, esto hace que su uso en sistemas de sobremesa sea más difícil.
Otro problema que acarrea es que los sistemas de control usados en ingeniería hacen uso de herramientas que facilitan la creación de proyectos. Cuando se va a diseñar una nueva central térmica, el código no se empieza de cero, lo normal es hacer uso de determinadas herramientas que facilitan y agilizan la producción del sistema.
Por último, el aspecto más importante de su evolución en el entorno empresarial será la confianza que genere. Puede no parecer demasiado importante en un primer momento pero para una empresa saber que lo que está usando va a funcionar día tras día es primordial. Viendo los problemas tanto de seguridad como del propio sistema que se dan entre particulares, puede que en el sector empresarial le cueste más arrancar.
Podemos imaginar por ejemplo, un restaurante que decida tomar notas con dispositivos basados en el sistema operativo Android donde, en medio de un servicio y en una hora en la que hay más clientes, todos los dispositivos decidan apagarse para actualizar. En este caso seguro que al dueño de la empresa no le haría nada de gracia. Este es un ejemplo de un caso hipotético que ahora mismo suena como algo gracioso pero con el tiempo será posible.