Samsung ha sido desde hace unos años un referente en el mercado móvil por ofrecer terminales de grandísima calidad, sin embargo con el nuevo modelo Note 7 ocurrió la tragedia y la falta de cuidado a la hora de lanzar un terminal sin haberlo testeado bien le ha salido a Samsung muy caro, siendo uno de los errores más graves que se hayan visto en un terminal.
Baterías explosivas y como reacciona Samsung
El problema viene de las baterías fabricadas por la propia marca, las Samsung SDI, que afectan a los terminales cuando estos se ponen a cargar y que hacen que las baterías literalmente ardan por una mala admisión de la carga.
En un primer momento, cuando empiezan a saltar algunas noticias aisladas Samsung afirma que un pequeño número de baterías puede haberse visto afectada, sin embargo las noticias acerca de explosiones de Note 7 empiezan a alarmar a los usuarios y finalmente se descubre que el 65% de las unidades (suponemos que se han producido) tienen este problema lo que hace que Samsung tenga que responder de forma inmediata. ¿Como lo hace?, pues realizando un recall (recogida masiva para sustitución) de todas las unidades para evitar futuros accidentes por nuevos terminales con baterías de otra empresa (ATL) lo que supone reconocer un enorme problema y la mala publicidad que esto trae consigo. Con esta acción Samsung se estima que se desembolsa nada menos que 1000 millones de dólares, un duro golpe para la compañía aunque no será el único como veremos más adelante.
¿Qué pasa con los usuarios que no devuelven sus Note 7?
Algunos usuarios lejos de querer entregar su terminal a cambio de una versión diferente como los Galaxy J para teléfono de sustitución en algunos países y los continuos retrasos a la hora de recoger los terminales hacen que Samsung tenga que emplear una nueva estrategia para este segmento de los clientes. Así, para garantizar la seguridad de sus usuarios y evitar posibles accidentes, Samsung lanza una actualización para limitar la carga de sus terminales a un 60% lo que en un principio debería garantizar que los modelos no reemplazados sufran una combustión a la hora de la carga.
Las prisas no son buenas compañeras…
Todos conocemos las continuas luchas entre Samsung y Apple por conseguir el mayor número de usuarios de la parte contraria, así como sus pasos por los juzgados por patentes y los ataques publicitarios hacia el oponente, todo esto ha llevado a Samsung a querer lanzar el Note 7 antes de lo esperado para tenerlo justo a tiempo para promocionarlo en la IFA de Berlín que se celebra a primeros de septiembre de cada año. Este movimiento es una respuesta al Iphone 7 Plus de Apple que supone un rival para la compañía, provocando que Samsung actuase con prisas y ser la primera en lanzar su phablet para tener una posición ventajosa con respecto a la otra. El resultado ya lo conocemos desgraciadamente lo que ha tenido una repercusión muy alta y que a la compañía le va a costar recuperar la confianza de sus clientes.
¿De cuantas pérdidas estamos hablando?
No es algo que se pueda calcular de forma sencilla, pero en una breve estimación se calcula que Samsung habría perdido más de 26.000 millones de dólares solo con la caída de sus acciones desde que se conocieron los resultados y que probablemente sigan bajando conforme la situación no se resuelva por completo. En países como Estados Unidos el gobierno ha tenido que meter mano para resolver los problemas de los Note 7 y se ha exigido que se devuelva el precio desembolsado por el terminal, lo que puede suponer un problema para Samsung y muchos más costes en la lista. Probablemente en unos meses tengamos una estimación más exacta de cuanto ha supuesto realmente para Samsung todo este lío pero desde luego que va a hacer falta tiempo para que la firma surcoreana recupere los máximos que había alcanzado.