Sí, has leído bien. La guerra judicial que el DOJ mantiene contra Google por sus acuerdos de distribución de búsqueda con Apple, Mozilla, fabricantes de smartphones y operadoras móviles acaba de alcanzar un nuevo nivel. Al parecer, en lugar de limitarse a sugerir soluciones simples, el DOJ ha sacado su martillo de Thor regulador para plantear cambios que Google describe como “extremos” y, para ser honestos, un poco de película.
¿Qué propone exactamente el DOJ?
Pongámonos cómodos porque la lista de exigencias es larga y... extraña:
Forzar la venta de Chrome y, posiblemente, Android.
Sí, según Google, el DOJ quiere que se separen estos productos, lo que podría impactar directamente en la seguridad y privacidad de millones de usuarios así como en los beneficios de la compañía.
Hacer públicas tus búsquedas personales.
O al menos, compartir esta información con empresas, tanto locales como internacionales, sin dejar muy claro cómo se protegerían tus datos. Spoiler: suena mal.
Interferir con la inteligencia artificial.
Google advierte que esto podría frenar la inversión en IA, un campo donde actualmente Google se encuentra cómodo. Vamos, como si te obligaran a cambiar el motor de un Ferrari por uno de un triciclo.
Mozilla y otros socios.
Irónicamente, los servicios que dependen de Google, como Mozilla Firefox, también se verían afectados. No más acuerdos que les permitan financiar su negocio con el gigante de la búsqueda.
Mandar a Google Search al rincón de pensar.
La propuesta incluye instalar pantallas de selección (¡dos!) antes de que los usuarios puedan acceder al buscador en dispositivos como los Pixel.
Formar un comité técnico con poderes “supremos”.
Este grupo supervisaría cada detalle de Google Search y otros servicios tecnológicos. Y sí, necesitarías su aprobación hasta para los ajustes de diseño más simples.
¿Por qué esto es un gran cambio (y un posible caos)?
Google lo tiene claro: si estas medidas se implementan, no solo se trataría de una reestructuración interna, sino de una transformación radical de la experiencia del usuario.
Para empezar, romper la integración entre productos podría significar menos seguridad y una peor experiencia para millones de personas. Imagina que Chrome y Android se convierten en marcas rivales. ¿Adiós a las actualizaciones fluidas? ¿Hola a las incompatibilidades entre plataformas?
Además, abrir las puertas de tus datos personales a terceros es una idea que nos hace levantar la ceja (y la voz). Google defiende que esta medida no solo pone en riesgo tu privacidad, sino que podría acabar con años de trabajo e innovación en IA, precisamente en un momento en el que la tecnología avanza a la velocidad de la luz.
Pero espera, que hay más: el efecto dominó de estas decisiones podría impactar a otros actores de la industria, como Mozilla, cuyo negocio depende en gran parte de los acuerdos con Google para mantenerse.
¿Google exagera o el DOJ se pasó de la raya?
Desde Mountain View, Google asegura que estas propuestas son un ejemplo de “intervencionismo extremo”que podría poner en jaque el liderazgo tecnológico y económico de Estados Unidos. Por otro lado, los usuarios estamos en una posición complicada: queremos un internet libre y competitivo, pero tampoco queremos que la experiencia de usar nuestros dispositivos se convierta en un laberinto burocrático de pantallas y permisos. Algo así como transformar la experiencia con tu teléfono en un nuevo Windows Vista.
Conclusión: una novela por capítulos
Como en todo buen drama legal, esta historia está lejos de terminar. Google ha anunciado que presentará sus propias propuestas el próximo mes y que, a lo largo del próximo año, hará su caso para demostrar por qué las ideas del DOJ son, en sus palabras, un “sinsentido técnico y operativo”.
Mientras tanto, los usuarios observamos desde las gradas, esperando que esta batalla no acabe convirtiendo nuestros Pixel en un campo de pruebas o nuestras búsquedas en material de exportación. Y tú, ¿qué opinas? ¿Revolución tecnológica o un Frankenstein burocrático?
En AndroidTR, seguiremos atentos para traerte los nuevos episodios de este culebrón judicial. ¡No te lo pierdas!