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Google presenta "Willow": el chip cuántico que promete cambiar las reglas del juego

Si pensabas que el mundo de la tecnología ya no podía sorprendernos, Google ha decidido recordarnos que aún estamos muy equivocados con Willow, su nuevo chip cuántico. 

Cristian Do Carmo Rodríguez
9 de dic. de 2024
2 min de lectura
AvanzadoGoogleNuevas tecnologíasInteligencia Artificial

El gigante tecnológico acaba de anunciar "Willow", su nuevo chip cuántico que, según ellos, podría resolver problemas que un superordenador clásico necesitaría más tiempo del que tiene el universo para calcular. Sí, leíste bien: más tiempo del que tiene el universo.

Pero... ¿Qué es un chip cuántico?

Para entender el impacto de Willow, primero hablemos de los qubits, el corazoncito de los ordenadores cuánticos. A diferencia de los bits tradicionales, que son como interruptores que pueden estar en "on" (1) o "off" (0), los qubits pueden ser ambos a la vez gracias a la magia del entrelazamiento cuántico y la superposición. Es como si al lanzar una moneda no solo tuvieras cara o cruz, sino también algo así como "cara-cruz". Y aquí es donde empieza lo interesante: estos qubits permiten realizar cálculos que son imposibles (o absurdamente lentos) para las computadoras tradicionales.

Qué hace especial a Willow

Google no se ha quedado corto en su presentación. Willow es el resultado de una década de investigación en computación cuántica. Este chip puede presumir de dos logros que ponen a los investigadores de todo el mundo a bailar de alegría:

Corrección de errores exponencial

Los qubits tienen un pequeño problema de "chismosos": les encanta compartir información con el entorno, lo que genera errores. Pero Willow ha logrado reducir estos errores a medida que se escala su uso, algo que los expertos intentaban resolver desde hace casi 30 años. En palabras simples: Willow ha conseguido que los qubits trabajen en equipo sin sabotearse entre ellos.

Cálculos más rápidos

Willow completó un benchmark (una prueba estándar de rendimiento) en menos de cinco minutos, una tarea que le tomaría a uno de los superordenadores más potentes del mundo unos 10 septillones de años. Para poner esto en perspectiva, el universo tiene solo 13.800 millones de años. ¡Ahí lo llevas!

¿Por qué es importante para nosotros?

Si bien estas cifras suenan impresionantes, uno podría preguntarse: "¿Y eso qué tiene que ver conmigo y mi smartphone con poca batería?". La respuesta es que Willow no solo es una pieza de hardware sofisticada; es un paso clave hacia aplicaciones prácticas que podrían cambiar nuestras vidas. Desde diseñar medicamentos y baterías más eficientes hasta acelerar el desarrollo de energías renovables, las posibilidades son infinitas. Además, estas computadoras podrán optimizar sistemas de inteligencia artificial a niveles que aún no podemos imaginar.

Un vistazo al futuro

El equipo de Google Quantum AI tiene grandes planes para Willow. El objetivo final es construir una computadora cuántica lo suficientemente poderosa como para resolver problemas del mundo real que están más allá de la capacidad de las computadoras clásicas. Esto incluye tareas como simular sistemas cuánticos complejos (algo crucial para descubrir nuevos materiales o medicamentos) o resolver problemas logísticos y financieros con una eficiencia inaudita.

Por ahora, Willow nos demuestra que estamos cada vez más cerca de este futuro. Y aunque aún no podrá hacer que tu café esté listo en un abrir y cerrar de ojos, Willow es la prueba de que la computación cuántica está dejando de ser un concepto teórico para convertirse en una herramienta con aplicaciones reales.

¿Y ahora qué?

Si te interesa el tema, Google está invitando a investigadores y desarrolladores a explorar sus recursos de código abierto y hasta un curso en Coursera para aprender lo básico sobre corrección de errores cuánticos. Así que, si quieres estar un paso adelante en la revolución cuántica, esta podría ser tu oportunidad.

En resumen, Willow no es solo otro avance tecnológico; es un hito que podría redefinir lo que las computadoras pueden hacer. 

Ahora solo queda una pregunta: ¿Qué haremos con tanto poder?