Con cada versión de los sistemas operativos de Google vemos como el foco de atención se centra cada vez más en la autonomía. La combinación perfecta de tamaño de dispositivo y capacidad de la batería no siempre se alcanza. Google ha intentado que los desarrolladores sean más cuidadosos cuando una aplicación trabaja en segundo plano, cuando el usuario no mira, pero en Wear OS parece que los desarrolladores han ganado.
La forma más rápida y que más fabricantes usan en Android para aumentar la autonomía de sus teléfonos es bloquear la ejecución en segundo plano. Usando listas blancas de aplicaciones permitidas, fabricantes como Xiaomi consiguen sacar mucho más partido a sus teléfonos, siempre perjudicando en parte al usuario que simplemente no sabe lo que pasa en su teléfono.
En los smartwatch o relojes inteligentes esto se hace más importante. Existe una limitación física que hace imposible poner baterías de gran capacidad. Además, Wear OS consume más recursos que los sistemas propietarios que usa Xiaomi para la Mi Band o los dispositivos Amazfit, lo que se traduce en menos autonomía una vez más.
Cuidado. Esto no quiere decir que Wear OS sea peor. Wear OS permite la instalación y ejecución de aplicaciones de terceros mientras que esos otros sistemas operativos no lo permiten. El consumo de recursos está justificado en este caso.
Las nuevas políticas y el retroceso a lo que conocíamos.
En la última versión de Wear OS, Google propuso que las aplicaciones de los relojes inteligentes no pudiesen funcionar en segundo plano. Esto forzaba a que las aplicaciones fuesen llamadas por el usuario para funcionar, dejando así de consumir batería y recursos cuando la aplicación no estaba abierta.
Hoy Google retrocede en esta decisión volviendo a dejar que las aplicaciones funcionen en segundo plano en Wear OS atendiendo a los comentarios de los desarrolladores, no obstante, solicitando que tengan cuidado con las tareas que se ejecutan mientras el usuario no ve para que no repercutan negativamente en la experiencia del usuario.
En este cambio confluyen varias ideas. Lo primero es que Google intenta que los relojes inteligentes con Wear OS no dependan de un cargador continuamente. Por otro lado, mantener las opciones que hacen destacar a la plataforma, todo esto respetando la opinión de los desarrolladores que, a fin de cuentas, son los que realmente sacan partido al sistema operativo de Google.