Con la reciente presentación de dos grandes terminales como son el Pocophone F1 y el Honor Play es interesante pensar si hay diferencias entre un smartphone para gaming y un gama alta chollo. Personalmente tengo que decir que no encuentro casi ninguna. Tras saber que Razer prepara una segunda versión de su terminal centrado en el gaming es inevitable hacer una reflexión al respecto de si resulta necesario.
Un eslogan más que otra cosa
Hace poco comenzó una fiebre por enfocar los terminales al gaming y la verdad es que quitando la gente que guste de pasarse horas jugando al Fortnite no veo motivos por los que un terminal de gama alta no pueda suplir esas necesidades. A día de hoy un gama alta tiene todo lo que se puede pedir en cuanto a hardware para que podamos exprimir al máximo cualquier juego. Hasta hace poco una de las únicas diferencias entre un terminal gaming y uno de gama alta era que el segundo quizá no tuviese una batería tan generosa como el primero, pero recientemente las compañías han comprendido que una buena batería es una necesidad inherente en los usuarios. El precio en ambos tipos de producto ronda una extrema similitud ya que el hardware viene a ser el mismo salvo pequeñas variaciones, Razer apostó por diferenciarse en incluir una pantalla capaz de alcanzar los 120Hz, algo interesante a la par que innecesario ya que en casi ningún juego podremos sacarle partido a una tasa de refresco tan alta.
Aspectos como el sonido, la pantalla o los materiales considero que la gama alta cubre de sobra con esos apartados como para que veamos diferecias. Ciertamente la estética de un terminal gaming es más atractiva en lo que a colores más vivos se refiere, así como un estilo diferente, un punto positivo ya que bien es cierto que la gama alta peca de parecerse cada vez más entre sí.
Una buena idea para el futuro si no fuese por…
Hasta el momento si parecía que todavía era pronto para que los smartphone gaming tuvieran una utilidad real, si que reconocía que sus prestaciones eran muy buenas y los precios ligeramente más bajos aunque un poco a costa de recortar en apartados como las cámaras que no llegaban al nivel de los grandes buques insignia. Hasta la fecha el único terminal al que le veía una buena utilidad era al Black Shark de Xiaomi, más que nada por la posibilidad de tener un gama alta de precio contenido y con todo lo que yo personalmente emplearía en un terminal. Esta idea la tenía bastante clara hasta que llegó el Xiaomi Pocophone F1, un gama alta chollo que le ha dado un buen bofetón en la cara a todos los que aseverararon que un gama alta no podría tener un precio tan ajustado como un gama media. Y tras la llegada del Honor Play, que lo veo más como un Honor 10 con más batería y precio ajustado, me ha quedado claro que ahora sí que realmente no hay lugar para los smartphones gaming. Estas dos propuestas tienen todo lo que un usuario media podría desear y quizás más, han venido muy completos en prestaciones y sobretodo recalcar el apartado de la batería como factor que diferenciaba a los terminales gaming. Ya no veo la diferencia del smartphone chollo y el smartphone gaming y en parte es por el buen trabajo de Honor y Xiaomi porque han lapidado al sector del smartphone gaming antes de empezar a crecer por lo que creo que han ilustrado muy bien esas críticas que muchos hemos hecho sobre su viabilidad.
Por el momento lo que es seguro es que es un buen momento para la gente que tiene un presupuesto ajustado pero que quiere lo mejor y podemos estar tranquilos por el buen trabajo realizado hasta ahora.
Aun con todo es inevitable decir que hay cierto público que apoya la tendencia de los terminales gaming, pero objetivamente me resulta difícil de respaldar las propuestas por la escasa diferenciación que percibo. Quién sabe, en el futuro quizá sea un sector fuerte y bien diferenciado de los smartphones de gama alta, como ocurre en el mundo del PC donde las diferencias son palpables según la finalidad que busquemos en el equipo.