Si hace unos meses podíamos ver como muchos YouTubers estaban indignados con las nuevas políticas de remuneración que estaban recibiendo por parte de YouTube, ahora YouTube parece ponerse más serio a la hora de clasificar su contenido, aún más cuando va dirigido al público más joven.
Hace poco ya os hablamos de YouTube Kids, la aplicación que ahora evoluciona con la edad de los niños que la usan y que proporciona un contenido apropiado a cada rango de edad. No obstante, YouTube Kids es más que un YouTube con un poco de “maquillaje”. Se usan una serie de algoritmos a la hora de clasificar los vídeos para así asegurarse de que el contenido que visualizamos sea apto para nuestro nivel de madurez.
El problema llega cuando determinadas personas hacen uso de elementos propios de un rango de edad determinado y los hacen interactuar de una forma distinta. Con el objetivo de captar el mayor número de visitas, no es raro encontrar nombres de lo más locos que hacen referencia a, por ejemplo, personajes de Disney. De esta forma, la persona que publica el vídeo se asegura las visitas del público más joven sin importar el contenido que use para ello o recurriendo a contenido de dudosa calidad.
Los humanos como la última barrera.
Parece que YouTube está modificando sus políticas incorporando a humanos en el visionado de vídeos para determinar si cumplen los requisitos necesarios para un determinado rango de edad. De esta forma se filtrarían vídeos no aptos para aparecer en YouTube Kids con la consiguiente repercusión económica para su creador.
No podemos saber cómo de eficaz será este método pero resulta paradójico que un gigante como Google que nos presenta cada vez más mejoras en inteligencia artificial, recurra a seres humanos para hacer el trabajo sucio. Parece que Google no quiere dejar margen para el error.