Teléfonos

Dormir con el teléfono podría ser malo para la salud

Ana Blanco Vigo
10 de oct. de 2022
3 min de lectura

Más de la mitad de personas tienen su teléfono cerca de ellos mientras duermen, ya sea en la mesita de noche o incluso dentro de la cama. Según dicen algunos especialistas, ninguna de las dos cosas es buena para la salud y podría estar provocando que duermas mal, tanto si eres un adulto como un adolescente.

Más de 20 estudios, demostraron que existen pruebas sólidas y consistentes de una asociación entre el acceso o el uso de dispositivos electrónicos a la hora de dormir y la reducción de la cantidad y la calidad del sueño, así como el aumento de la somnolencia diurna. Esto significa que, si tu teléfono está al alcance de tu cama, es más probable que duermas menos profundamente y durante menos tiempo. Para ser claros, estos resultados se produjeron incluso si los participantes no utilizaban sus teléfonos en la cama. La mera presencia de un teléfono en el dormitorio aumentaba las posibilidades de resultados perjudiciales para el sueño. 

¿Cómo de vital es el sueño para nuestra salud?

El sueño es vital para nuestra salud mental y física, y especialmente para el desarrollo de los niños. Dado que los dispositivos móviles y multimedia portátiles se han convertido en una parte omnipresente de nuestra vida, el impacto en nuestra calidad del sueño es, por tanto, preocupante. Para muchos de nosotros, nuestro smartphone es lo último que usamos antes de dormir y lo primero que consultamos al despertarnos. Este ciclo habitual, aunque difícil de romper, no es nada útil para nuestro sueño ni para nuestra salud mental y física.

Una consecuencia negativa de la falta de sueño es que contribuye a la depresión. Los datos medidos a cientos de adolescentes descubrieron que aquellos con altos niveles de uso de las redes sociales antes de acostarse experimentaban mayores dificultades para dormir, lo que a su vez se correlacionaba fuertemente con mayores niveles de depresión. Así que hay una especie de reacción en cadena en la que los adolescentes que se quedan despiertos por la noche con sus teléfonos acaban perdiendo el sueño, lo que lleva a más síntomas depresivos. También puede conducir a un menor rendimiento académico en los estudiantes.

Un problema que afecta a todas las edades

Pero no se trata sólo de niños y adolescentes; los estudios han descubierto que el uso del teléfono móvil a la hora de dormir también está relacionado negativamente con los resultados del sueño en los adultos. En concreto, un estudio descubrió que un mayor uso del teléfono móvil a la hora de dormir se asociaba a un mayor cansancio y a un mayor tiempo de sueño en los adultos de 40 años. También se relacionó con una hora de levantarse más temprana y una menor duración del sueño entre los adultos de 60 años. El tiempo dirá si estos efectos se ven agravados por los continuos hábitos tecnológicos nocturnos de los jóvenes de hoy.

¿Cuál es la solución?

Al escuchar estas preocupaciones, algunas empresas han implementado ajustes específicos para optimizar los teléfonos para el uso nocturno. Sin embargo, la investigación ha demostrado que el modo Night Shift del iPhone de Apple no ayudó en nada a mejorar la calidad del sueño de los 167 participantes. Abstenerse del uso de la pantalla resultó finalmente en un sueño de mejor calidad que el uso del teléfono con Night Shift activado. Teniendo en cuenta estos resultados, no hay muchas razones para pensar que las funciones equivalentes de Android, como el modo Bedtime de Samsung, sean mejores.

La buena noticia es que las investigaciones demuestran que sólo hace falta un mes para revertir los efectos negativos mencionados y mejorar la calidad del sueño. Limitar el uso del teléfono móvil antes de acostarse durante cuatro semanas puede reducir eficazmente la latencia del sueño, aumentar su duración, mejorar la calidad del sueño, reducir la excitación previa al sueño (ritmo cardíaco elevado e incapacidad para dejar de pensar) y mejorar el afecto positivo (la propensión a experimentar emociones positivas) y la memoria de trabajo (un proceso cognitivo fundamental para el razonamiento y la toma de decisiones).