Seguro que en algún momento, navegando por la web te habrá pasado que, mientras carga una página y, cuando ya vas en el segundo párrafo, la página decide volver al principio. Esto no supone un mal mayor. Muy concentrados tendríamos que estar para recibir un latigazo cervical o cualquier otro tipo de molestia física, no obstante, sí supone una molestia a la hora de navegar por una página y Google lo sabe.
Lejos de ser un ente sobrenatural o que nuestro navegador nos tenga manía, lo que hace que la página parezca tener vida propia son las propias imágenes o anuncios que contiene. Estos, al tardar más en cargar que el propio texto, ocupan el “foco” de atención cuando finalmente logran cargarse, desplazando así lo que vemos una y otra vez si nuestra conexión a internet es lenta.
Anclaje de desplazamiento.
Haciendo una traducción de lo que Google ha implementado, se trata de una herramienta que ancla o bloquea la página en la posición en la que nos encontremos, evitando así este molesto efecto. Lo que hace es guardar el foco de nuestra atención independientemente del resto del contenido.
A continuación tenéis un video donde se compara la versión antigua del navegador con la versión que ya incorpora este novedoso sistema.
Como ya decíamos, no se trata de prevenir nada importante. Se trata de pulir los pequeños detalles que, aunque los pasemos gran parte de las veces por alto, pueden llegar a crear una mala experiencia de navegación.
Si tienes una página web y quieres saber si te afectará o eres desarrollador y te interesa el tema, aquí tenéis el enlace de referencia de Chromium que Google nos proporciona para este fin.
Vía – Google Blog.