Año 2025: una fecha que podría marcar un antes y un después en el mundo de los smartphones. En esa fecha expira una patente que, durante años, ha impedido a fabricantes de teléfonos móviles incorporar un diseño clave para los videojuegos portátiles. Este cambio legislativo podría abrir la puerta a una nueva era, donde los dispositivos recuperen ideas del pasado, combinadas con la potencia del presente, para ofrecer una experiencia de juego móvil realmente diferencial.
El pasado nos señala el camino: el Sony Ericsson Xperia Play
Hace más de una década, el Sony Ericsson Xperia Play fue prácticamente el "teléfono PlayStation". Su diseño integraba una pantalla táctil y un panel deslizable con controles físicos, ofreciendo una experiencia única que resolvía uno de los mayores problemas del gaming en móviles: la falta de botones físicos. Este planteamiento permitía jugar cómodamente a títulos de PlayStation y otros juegos sin tener que lidiar con la torpeza de los controles en pantalla.
Pese a lo prometedor de la idea, el mercado no continuó esta tendencia. La razón principal fue la existencia de una patente que impedía a otros fabricantes replicar la idea de integrar mandos físicos deslizables en el propio teléfono.
La barrera legal: la patente de Sony que pronto expirará
La clave está en una patente propiedad de Sony que protege el concepto de teléfonos móviles con mando integrado o deslizable. Esta patente ha frenado la innovación de marcas como ASUS (con su serie ROG Phone), Razer y otras especializadas en gaming. Su expiración, prevista para el 21 de junio de 2025, podría liberar el desarrollo de smartphones centrados en el juego, equipados con mandos físicos integrados.
Al desaparecer esta barrera, los fabricantes tendrían la oportunidad de retomar la esencia del Xperia Play y crear teléfonos capaces de ofrecer controles físicos sin necesidad de accesorios adicionales.
La potencia actual: el ejemplo del ROG Phone 9 Pro
Tomemos como referencia el ROG Phone 9 Pro, uno de los smartphones gaming más potentes del mercado. Cuenta con procesadores de altísimo rendimiento, pantallas OLED de gran calidad, baterías de amplia capacidad y un sistema de refrigeración avanzado. Sin embargo, a pesar de ser un dispositivo diseñado para jugar, sigue pecando de la misma limitación: los mandos físicos no forman parte del terminal, sino que dependen de accesorios externos o botones táctiles secundarios.
La posibilidad de integrar controles físicos haría innecesario cargar con periféricos adicionales. Además, permitiría a los jugadores disfrutar de títulos más complejos sin la frustración de los controles táctiles, mejorando la experiencia con juegos exigentes y potenciando el papel del smartphone como plataforma de gaming.
El contexto tecnológico: ARM, emulación y streaming
La potencia de las arquitecturas ARM en móviles es cada vez mayor. Contamos con chips capaces de mover juegos exigentes y, a la vez, ofrecer emulación de títulos clásicos con fluidez. Además, la popularidad del juego en streaming (como el que promueve el PlayStation Portal) señala que un mejor control físico en el teléfono supondría un gran paso hacia el disfrute de experiencias más inmersivas.
Las plataformas ARM, el auge de la emulación y la mejora constante del catálogo de la tienda de aplicaciones hacen pensar que, con el control adecuado, los móviles podrían convertirse en verdaderas consolas de bolsillo.
¿Un futuro Xperia Play 2.0?
La expiración de la patente en 2025 abre la puerta a que surja un "Xperia Play 2.0" o su equivalente en otras marcas. Dispositivos algo más gruesos, con baterías generosas, botones físicos y pantallas de alta tasa de refresco podrían convertirse en el estándar para el gaming en movilidad. Con un software bien optimizado, cámaras correctas y un diseño pensado para el juego, el público nicho estaría más que dispuesto a hacerse con un terminal así.
La próxima expiración de la patente que impide la fabricación de smartphones con controles físicos integrados puede ser el punto de inflexión que el gaming móvil lleva años necesitando. Con la potencia actual de los procesadores, la calidad de las pantallas y el creciente interés en el juego en movilidad, la integración de mandos físicos podría marcar el inicio de una nueva etapa.
A medida que nos acercamos a 2025, la expectación crece. ¿Volveremos a ver un teléfono como el Xperia Play, mejorado con la tecnología actual? Las posibilidades son enormes, y solo el tiempo dirá hasta dónde podrán llegar los smartphones gaming cuando se liberen de las restricciones que les han atado durante tanto tiempo.